El pardo café en mi taza personalizada me supo amargo,
La mañana fría con el cielo plomizo me saludó austera, y quiero creer que,
Mareiwa enojado resuena sus relámpagos en el horizonte del lago.
Porque de pronto soy consciente de que:
He fallado en mi sueño de ser Baloncestista cuando orgulloso y joven,
Encestaba con la malicia y narcisismo de cualquier muchacho dotado de talento.
He fallado porque mis rodillas aún son ágiles, fuertes, livianas,
Pero perdí la fe.
He fallado porque mi padre se fue y jamás pude perdonarlo,
Y como juez sin corte mis sesgos me impidieron darle lo que necesitaba,
Y era el cariño de un hijo.
He fallado porque aún discuto con mi madre,
Y siento que yo por alguna razón jamás he sido suficiente,
Porque me lo recalca e increpa, y fallé en ser lo que espera.
He fallado porque ya no divago como antaño,
Cuando perdido en mis pensamientos creaba curvas inconexas que formaban versos,
Y esos versos narraban historias,
Historias que cantaban para mujeres,
Para niños y ancianos,
Que regocijaban a los ciervos del bosque, a los peces del lago y a los dioses del firmamento.
He fallado porque mi libro pasó fugaz
Como una estrella que deja una línea luminiscente que embellece el cielo por unas milésimas de segundo,
Y que a los pocos afortunados que logran divisarla les saca una sonrisa.
He fallado porque le miento a Dios con cosas que jamás haré,
Y a mí mismo diciéndome que algún día lo lograré por fin.
He fallado porque no soy lo que espero y el espejo me grita la verdad
desde un silencio aterrador,
Y sigo fallando.
Fallo porque no hay mentiras que se escapen a la verdad
Ni ciego que miré aquello que se escape a la vista.
He fallado en cada ámbito de mi vida, en cada vez que desconfié de mí,
En cada célula que quité cuando me salió una costra,
En cada herida a la que limpié con alcohol, en cada pena a la que no le recé un verso,
En cada amor durante los segundos donde no le hice el amor,
Y en las eyaculaciones que se fueron al suelo,
En cada sinagoga que pasó desapercibida y en cada canción que no canté.
Fallé en los momentos tristes que no lloré por burdo machismo,
En las alegrías que contuve para no demostrar satisfacción,
En los besos durante los cuales no cerré los ojos y en los que no duré un segundo más porque me faltaba el aire.
Fallé cuando no me despedí de mi madre con un beso, en cuando no llamé a mi hermana para darle las gracias,
en donde no escuché o leí una poesía de mi hermana menor y,
cuando no abracé a mi hermano mayor.
Fallé en esa poesía que dejé a medías, y en aquella que borré porque no me gustó su final,
Fallé en aquella oración que postpuse, y en la que pedí riqueza,
Fallé cuando no ejercí mi voto, cuando cerré los ojos ante una injusticia,
Fallé por no ver que no hay más días que el de hoy,
Pero mi mayor fracaso no es otro que;
El de no ver que no existe mayor éxito que el que he tenido por todo lo que he fallado.
D.G. Falls
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